Federer, el último sueño

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Iván Muñoz | @IvanMusaz


Hay personas que pasan por el deporte sin pena ni gloria y otros que quieren hacer historia. Muchos que quieren ganar y otros, simplemente, estar. Los hay buenos y malos. Altos, bajos, gordos, delgados… Los hay con clase y con Clase. El que nos ocupa en estas páginas es de esos que tienen Clase y que no es consciente de que hay una mayúscula que le diferencia del resto.


Roger Federer tiene 33 años, cuatro hijos, una mujer y todavía juega al tenis. La carta de presentación es que con esa edad, con la exigencia física que requiere el tenis y con lo complicado que es mantenerse en ese nivel teniendo a Nadal y Djokovic siempre acechando o superándole, más de uno hubiese tirado la toalla pero este señor, que tiene la edad de Cristo, sigue jugando y cosechando éxitos. 


Federer representa la elegancia del tenis de hace años “me siento más cerca de tipos como Sampras que jugaban de manera muy clásica, muy tradicional”, decía en una entrevista. Porque ver jugar a este tenista de Basilea ha sido siempre un placer para los aficionados al tenis tanto al clásico como al moderno. Ni la rivalidad entre Nadal y él, han hecho pensar a los aficionados al mundo de la raqueta que Roger no sea el mejor tenista de la historia y eso que en esos partidos tiene un balance negativo. Federer es al tenis lo que Zidane al fútbol.


“Yo no veré un tenis como el de antes” decía Federer este verano, asumía que puede ser el último representante de una forma de jugar al tenis distinta, especial y que a más de uno molesta. Porque Federer lo puede hacer todo fácil, la última acción sencilla fue una dejada en el punto de partido para ganar la Copa Davis, su espinita. La Clase no hay que perderla y no hay mejor forma de firmar otra página para la historia que con un golpe característico. Subida a la red, dejada, bote de la pelota, punto, set, partido y campeonato para Suiza.


En 2013, más de uno dio por finalizada la carrera de Roger. Con 32 años, y con dos hijos más en camino, era momento de colgar la raqueta pero él decidió que en vez de colgarla quería cambiarla y “desde 2002 no hacía ninguna modificación en la raqueta. Después de perder tan pronto en Wimbledon, me pregunté qué quería hacer, si descansar, entrenar, jugar o probar una nueva raqueta. Apuntándome en Hamburgo y Gstaad, podía jugar, entrenar y probar la nueva raqueta”, y le ha salido fetén. Con la nueva raqueta se ha aupado al número dos del ranking ATP.


Federer ha buscado siempre ser el mejor y con Annacone, que fue entrenador de Sampras lo consiguió, luego como todo y todos, cuando no se puede mejorar más hay que cambiar y Federer fichó a Edberg. En 2014, y con Edberg al mando de la preparación del tenista suizo, Roger ha conseguido avanzar cuatro puestos en la ATP y volver a recuperar un tono físico casi perfecto, los años pasan factura y hay que cuidarse pero nadie en 2013, cuando casi le daban por acabado por problemas de espalda, pensó que llegaría a la final de la Copa de Maestros un año más tarde. No la jugó porque la humedad londinense afectó a su espalda y sumado a la intensidad del partido anterior con Stan Wawrinka hizo que Roger se retirarse por tercera vez en 1.221 partidos.


Federer lo ha ganado absolutamente todo y repasar su palmarés sería volver a repetir aquello de los 17 Grand Slam, una Davis, las más de 300 semanas como número uno y una sinfín de números. Pero hay algo que no tiene y que soñamos con que pueda conseguirlo. Con un palmarés envidiable a Roger Federer solo le queda ganar el oro individual en unos Juegos Olímpicos y la cita para 2016 será la última oportunidad. “Necesito al menos cinco semanas de parón durante la temporada para parar, recuperar y mejorar”, ese es el tiempo que, previsiblemente, requiere en una temporada el astro suizo.


Viendo el último año que ha hecho, es más que factible porque no piensa en la retirada “entiendo que tengo hijos y que son la prioridad en la vida, pero el tenis es algo que realmente disfruto. Además, a mi mujer le gusta viajar conmigo y a los niños tampoco les importa. Espero seguir en esto muchos años”. No ha ganado grandes torneos esta temporada y ha llegado donde ha llegado, jugando muchos y ganando algunos. No ha mejorado su revés porque “mejorar mis debilidades me convertiría en un tenista demasiado previsible” por eso ha mejorado sus virtudes, el saque, la principal.


El ‘Maestro de Basilea’ está preparado para afrontar su último gran reto, suena raro que con 35 años pueda asaltar la pista central del Centro Olímpico de tenis de Rio de Janeiro pero hace años Annacone dijo que veía a Roger jugando con 35 años y, de momento, va camino de hacerlo realidad.


La temporada que arranca será crucial para ver el desarrollo de Federer y saber las opciones que tiene, pero Rio 2016 es la cita que espera con ansia porque, además, cuidándose en una temporada en la que puede ser número uno, las cosas se ven esperanzadoras. Mirka, Myla, Lenny, Charlen y Leo querrán viajar a Rio. Federer sueña con ello, nosotros soñamos con él.



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